Character.AI redefine su propósito: de IA pionera a plataforma de entretenimiento conversacional

Del laboratorio al entretenimiento digital
Character.AI, la startup de inteligencia artificial que popularizó los chatbots personalizados y los “compañeros virtuales”, atraviesa uno de los mayores giros en su corta pero intensa historia. Tras la salida de sus fundadores y la [llegada de Karandeep Anand como CEO](https://blog.character.ai/character-ai-names-karandeep-anand-as-ceo/), la empresa ha dejado de lado su objetivo inicial de desarrollar modelos propios de IA y ha apostado por especializarse en “entretenimiento conversacional”. Así lo ha confirmado Anand, quien describe a Character.AI como “una startup de IA para juegos de rol más que de acompañantes”.
[EMBED:image:https://techcrunch.com/wp-content/uploads/2025/06/u8dxF6d8.png?w=680] Karandeep Anand - Techcrunch
La plataforma, que permite a los usuarios interactuar por voz o texto con personajes ficticios, ha tenido particular éxito entre adolescentes y niños. Ejemplo de ello es la hija de Anand, que, aunque no sabe escribir, mantiene largas conversaciones de voz con chatbots como Sherlock Holmes, tejiendo sus propios misterios desde la encimera de la cocina. Según el CEO, la aplicación enfatiza el juego más que la sustitución del contacto humano, y avisa explícitamente a los usuarios sobre la naturaleza de entretenimiento de sus bots.
El impacto de la alianza con Google y el giro hacia el código abierto
El verano pasado, Google cerró un acuerdo valorado en unos [2.700 millones de dólares para licenciar la tecnología de Character.AI](https://em360tech.com/tech-articles/character-ai-scraps-building-llms-after-google-deal#:~:text=Character%20AI's%20co%2Dfounders%2C%20Noam,was%20valued%20at%20%241%20billion.), integrando a sus fundadores en su división de IA. Fue un movimiento que obligó a replantear el modelo de negocio. Anand explica que, con los recursos limitados de una startup, competir por construir modelos de IA de frontera se volvió insostenible: "Esa es la lucha por la inversión de cientos de miles de millones de dólares que está librando big tech”.
En consecuencia, Character.AI ha dejado de desarrollar modelos propietarios para centrarse en el uso de inteligencia artificial de código abierto, como Llama de Meta, Qwen de Alibaba y DeepSeek. Según Anand, estas alternativas superan ampliamente el rendimiento de los modelos internos anteriores. La empresa afirma que, en los últimos seis meses, su equipo se ha dedicado plenamente a experimentar con estas opciones abiertas, dejando la competencia tecnológica directa en manos de gigantes como Google, Meta y OpenAI.
Monetización, sostenibilidad y retos para el sector
El cambio estratégico también coincide con la necesidad de encontrar un modelo de negocio viable. Hasta hace pocos meses, Character.AI no había priorizado la monetización, pero ahora presume de haber alcanzado un ritmo de ingresos superior a los 30 millones de dólares anuales, con previsión de rozar los 50 millones antes de final de 2025. El número exacto de suscriptores de pago no ha sido revelado, aunque la suscripción mensual ronda los 10 dólares.
Este movimiento es observado de cerca por toda la industria: mientras muchas startups intentan igualar, o al menos acercarse, al liderazgo técnico de las grandes tecnológicas, Character.AI elige apoyarse en la comunidad de código abierto y aprovechar modelos existentes para afinar su producto y su identidad como plataforma de entretenimiento. El resultado es una orientación menos técnica y más creativa, en la que la IA se convierte en materia prima para la imaginación colectiva de los usuarios.
Implicaciones: ¿fin de la startup disruptiva o nueva especialización?
El caso Character.AI refleja un posible camino para las empresas que no pueden competir en la carrera por la superinteligencia, pero sí innovar en aplicaciones y experiencias. Absortos en la monetización, el uso responsable en audiencias jóvenes y la alianza con grandes plataformas, el destino de la compañía será un test para quienes ven en la inteligencia artificial un medio para potenciar, más que reemplazar, la creatividad humana.