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Avances Publicado el 13 de agosto de 2025

Chile apuesta por la IA para sincronizar semáforos y reducir la congestión en Santiago

Chile apuesta por la IA para sincronizar semáforos y reducir la congestión en Santiago

Una ciudad atrapada en la luz roja

En medio de una capital que pierde, en promedio, más de 23 minutos en detenciones por cada 10 kilómetros recorridos, un proyecto tecnológico está cambiando la forma en que los santiaguinos se mueven. Green Light, [desarrollado por Google Research](https://blog.google/intl/es-419/actualizaciones-de-producto/informacion/proyecto-green-light-inteligencia-artificial-al-servicio-del-trafico-y-el-medio-ambiente-de-santiago-de-chile/) y operativo en Santiago desde su integración al programa global, utiliza inteligencia artificial para coordinar la red de semáforos sin necesidad de costosos sensores o infraestructura adicional.

[EMBED:image:https://i0.wp.com/chocale.cl/wp-content/uploads/2019/03/taco-santiago.jpg?resize=800%2C500&ssl=1] Foto de una esquina de El Golf, Las Condes. Imagen: Manuel Torres en Twitter Fuente: Chocale.cl

El [TomTom Traffic Index 2024 sitúa a Santiago en el puesto 126](https://www.tomtom.com/traffic-index/ranking/?country=AR%2CBR%2CCL%2CCO%2CPE%2CUY%2CMX) de más de 400 ciudades analizadas por tiempo perdido en semáforos. Durante las horas punta, los conductores acumulan hasta 100 horas anuales detenidos frente a una luz roja. Ese tiempo perdido tiene un costo ambiental directo: el transporte es responsable del 15 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y las intersecciones urbanas generan una contaminación hasta 29 veces mayor que las vías libres. En este escenario, Green Light ofrece una solución que no requiere esperar licitaciones millonarias ni obras complejas. El algoritmo analiza en tiempo real las condiciones del tránsito y permite implementar cambios en minutos, algo impensable con los métodos tradicionales de conteo manual o sensores fijos.

Cómo funciona Green Light en concreto

Green Light no instala cámaras ni sensores nuevos. Su base son millones de datos de movilidad que ya recogen aplicaciones como Google Maps y Waze: velocidades promedio, tiempos de detención, puntos donde los vehículos frenan y vuelven a arrancar. Toda esa información se procesa de forma anónima y en tiempo real.

El sistema utiliza modelos de inteligencia artificial para detectar patrones de congestión en cada cruce de la ciudad. Analiza cuánto tiempo permanece un vehículo detenido, a qué hora se forman las filas y cómo se dispersa el tráfico cuando cambia la luz. Con esos datos, el algoritmo simula diferentes escenarios de sincronización y calcula cuál secuencia de semáforos reduciría más las paradas innecesarias. Una vez que identifica el ajuste óptimo —por ejemplo, aumentar en 10 segundos el verde en una dirección en hora punta—, envía la recomendación a la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT). Los ingenieros evalúan la propuesta y, si la aprueban, la aplican de forma remota al controlador del semáforo.

El trabajo no termina ahí. Tras la implementación, Green Light sigue midiendo el flujo vehicular en ese cruce para comprobar si el cambio funcionó. Si los datos muestran que la congestión persiste o se trasladó a otra intersección, el sistema ajusta nuevamente los tiempos hasta encontrar el equilibrio más eficiente.

Así, en lugar de depender de inspecciones físicas o conteos manuales de autos, Santiago puede reprogramar semáforos en cuestión de minutos, y cada optimización reduce no solo el tiempo de viaje, sino también las emisiones contaminantes.

Resultados que se pueden medir

Desde su creación en 2021, el sistema ha mostrado reducciones de hasta un 30 % en las paradas y de un 10 % en las emisiones de CO₂ en intersecciones urbanas. Estos resultados, obtenidos en ciudades como Manchester, Hamburgo o Buenos Aires, ahora empiezan a replicarse en Santiago. Actualmente, 10 intersecciones clave de la capital ya funcionan con las recomendaciones de la IA, y el impacto se monitorea de forma continua mediante un panel de control que registra cada mejora aplicada y sus efectos reales. La metodología va más allá de simples ajustes: una vez implementada una recomendación, el sistema verifica si el cambio produjo el efecto esperado y recalibra en caso necesario. De esta forma, la IA no solo propone, sino que aprende y optimiza sobre la marcha.

[EMBED:image:https://www.mtt.gob.cl/wp-content/uploads/2020/05/uoct1.jpg] Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT) de Chile

De piloto a red global

Green Light opera hoy en 24 ciudades de cuatro continentes y gestiona aproximadamente 30 millones de viajes mensuales. Santiago es la incorporación más reciente a esta red, que incluye a Río de Janeiro, Seattle y Boston, entre otras urbes. Cada implementación parte de un piloto localizado y, una vez verificados los beneficios, se expande a más intersecciones.

En Chile, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones colabora directamente en la integración, asegurando que las recomendaciones de la IA se alineen con las necesidades y regulaciones locales. La meta a mediano plazo es extender la optimización a cientos de cruces en la Región Metropolitana.