EE.UU. estudia imponer tarifas a fabricantes de chips que no produzcan localmente el volumen que importan

Una política radical para impulsar la fabricación de semiconductores nacional
La administración de Donald Trump está considerando implementar un [plan](https://www.reuters.com/world/us/us-plans-mandate-11-ratio-domestically-manufactured-imported-chips-wsj-reports-2025-09-26/) que obligaría a los fabricantes de semiconductores en Estados Unidos a mantener un equilibrio 1:1 entre la producción nacional y las importaciones de chips que realizan. En la práctica, si una empresa importa más chips de los que produce en suelo estadounidense, se enfrentaría a la imposición de tarifas.
La información, adelantada por [The Wall Street Journal](https://www.wsj.com/economy/trade/trump-chip-tariffs-exemptions-90fa2ab3) a partir de fuentes anónimas, no especifica fechas ni etapas claras para alcanzar ese objetivo, pero marca un cambio de enfoque considerable en la estrategia industrial del gobierno. Esta ratio-productiva busca incentivar a corto plazo la reubicación de líneas de producción, asegurando mayor autonomía tecnológica y económica.
El desafío de reactivar la producción local y las dudas del sector
Sin embargo, especialistas y actores industriales alertan que la medida podría generar tensiones y efectos contraproducentes en el ecosistema tecnológico estadounidense. Establecer una producción fabril equiparable a la demanda actual de chips no es tarea simple ni rápida. Por ejemplo, Intel ha enfrentado múltiples retrasos en la apertura de su planta en Ohio, que ahora apunta a empezar a operar en 2030, mucho después de los plazos iniciales previstos.
En paralelo, gigantes como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) han anunciado [inversiones](https://techcrunch.com/2025/03/03/tsmc-pledges-to-spend-100b-on-us-chip-facilities/) millonarias para ampliar su infraestructura en Estados Unidos, comprometiendo alrededor de 100.000 millones de dólares para los próximos cuatro años. Aún así, la capacidad instalada no crecerá instantáneamente para cubrir la brecha que la política propone corregir.
En este contexto, la posible aplicación de tarifas podría dificultar la competitividad en el mercado y generar efectos negativos sobre las cadenas globales de suministro, al castigar importaciones indiscriminadamente. Por ahora, la propuesta está en fase de estudio, pero refleja la urgencia del gobierno por reducir la dependencia externa en una industria clave para la economía y la seguridad nacional.