Sakana AI revoluciona la inteligencia artificial con modelos de bajo consumo energético y "inteligencia colectiva"

Un modelo diferente en un contexto de escasez energética
Fundada en 2023 por David Ha, investigador canadiense con trayectoria en Google Brain, junto a Llion Jones y Ren Ito, Sakana AI ha apostado por una estrategia distinta frente a gigantes como OpenAI o Alibaba. En vez de desarrollar enormes modelos de inteligencia artificial con altísimos costes energéticos, la empresa japonesa ha impulsado una "inteligencia colectiva" que fusiona múltiples sistemas de IA, grandes y pequeños.
Este método permite que sus programas continúen funcionando incluso si algunos modelos principales se desconectan o reducen su rendimiento, garantizando así mayor flexibilidad y eficiencia. Además, la firma destaca por sus desarrollos como chatbots que operan sin conexión, preservando la privacidad de los usuarios al no requerir conexión constante a servidores externos.
Respaldo de Nvidia y bancos japoneses en una apuesta tecnológica nacional
El innovador enfoque de Sakana AI ha atraído el apoyo del gigante estadounidense Nvidia, así como de importantes bancos y empresas japonesas que buscan posicionarse frente a la evolución de la inteligencia artificial generativa. En mayo de 2025, Sakana anunció un acuerdo multianual con la mayor entidad bancaria japonesa, MUFG, para desarrollar soluciones de IA especializadas para el sector financiero.
En un país donde el consumo energético es un factor crítico y con ambiciones de recuperar protagonismo tecnológico, Sakana AI se ha convertido en la start-up japonesa que más rápido ha alcanzado la categoría de "unicornios" tras superar la valoración de 1.000 millones de dólares.
Desafíos y contexto para la IA en Japón
Aunque el gobierno nipón invierte miles de millones en IA y semiconductores para impulsar su competitividad tecnológica, Japón solo aparece en el puesto 35 en el índice mundial de competitividad digital 2025 elaborado por la escuela de gestión IMD.
David Ha explica que, en comparación con Europa, China o Estados Unidos, el entorno empresarial y laboral japonés presenta particularidades que dificultan la rápida escalada de nuevas empresas tecnológicas. Sin embargo, el capital cultural y social (soft power) del país ha permitido a Sakana captar perfiles talentosos y centrarse desde cero en soluciones con propósito y escalables.